
19 Jun Álvaro Aguirre Fontenla, beneficiario de la Beca Estrella de los Mares
24 de agosto del 2019, llegada a Ámsterdam.
Primeros pasos en una llanura situada entre aquí y allá, por debajo del nivel del mar. No dejaba desapercibido el calor sofocante que se intensificaba por la humedad. Situación que me hizo pensar en aquella descripción de pais frío, lluvioso y de ventisca constante. Nada se asemejaba a dicha descripción.
Un trayecto desde Ámsterdam hasta Enschede. Localización de la Universidad de Twente, y actual residencia hasta una próxima graduación y terminación de los estudios. Dos horas y media de trayecto en tren de lo más curioso. Entre megafonía y megafonía se anuncian las paradas y conexiones para llegar a diferentes destinos. Si no hubiese sido por mi anticipación a una situación semejante, hubiese acabado en Alemania. Aunque si se piensa dos veces, la Universidad está más cerca de dicho pais que de Ámsterdam (próxima opción, vuelo a Munster).
“…………. ”Unos meses después.
Pese a dificultades por encontrar piso, presentar el Trabajo de Fin de Grado en España y la supuesta entrega de documentos y finalización de matriculación en la Universidad de acogida (en adelante Twente). Nada común para alguién con una vida tranquila y todo planeado de antemano. Todo lo contrario para mi caso. Decisión tras decisión hay un margen de un par de semanas o un lapso de diversas actividades a coincidir con horario y número de días a cumplir.
Una universidad altamente cualificada, sistema educativo inequivocamente diferente y emprendimiento en temas tecnológicos de lo más competitivo. Twente, es una universidad cuyo objetivo principal es el contacto mundial. Unificación de personas de diversas culturas para aportar una perspectiva diferente a nuevas ideas de emprendimiento y nuevos avances. No solamente en temas de nanotecnología, sino en medicina; dos de sus puntos fuertes.
Actualmente, cursando un Máster en Nanotecnología en Twente, mi vida cotidiana se basa en desarrollar una piel artificial para robótica. Entre tanto y tanto, salir de la biblioteca, cafetería o “Diagonal” para tomar una cerveza con compañeros. Una forma de combatir, ¡ahora sí!, el frío invernal y la falta de Sol. Unido a eso, se juntan los sábados dónde dos, tres o cuatro cafés acompañan a la tarde mientras nos mezclamos con Holandeses en el mercado local. Pescado frito, perritos calientes, fruta, kebab o hamburguesa son unas pocas de las delicias típicas de estas tierras. La comida no es su fuerte; solo los sándwiches pueden pasar como algo tradicional, y para diferenciarlos encontrareis pepino en cada uno de ellos. Un toque especial a algo sumamente contidiano.
Una experiencia inovidable, que día tras día progresa y avanza hacia los objetivos marcados en un inicio. La próxima parada aún en duda, aunque para ello queda un tiempo que no hay que perder. La finalización de un proyecto determinará lo que ocurra el día de mañana. Y de tanto en tanto un descanso, un viaje o una visita inesperada para tener una mente abierta y despejada.
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Álvaro Aguirre Fontenla